Las mujeres que habito


Las mujeres que habito, El taller del poeta, 2014. Se trata de mi primer libro y recoge los primeros textos que fueron leídos en los Festivales de poesía internacional Grito de Mujer.

Actualmente está descatalogado y, aunque algunos de mis lectores y coleccionistas de mis libros, así como mi actual editora, me han pedido que publiquemos una segunda edición, no es algo que se vaya a realizar por ahora.

En el libro, me acompañó la bloggera María Jesús Muñoz, más conocida como Majecarmu por su blog Hacia los límites del tiempo. De ella es el prólogo del libro y dice así:

||Asunción Caballero, compañera y escritora, conocida en el mundo de la blogosfera como Mascab, es autora de este libro de poemas donde la palabra surge rebelde, convencida y con uerza desde la experiencia y el conocimiento. Nos la muestra desnuda de florituras, de forma directa, sentida y libre, con vocación de expandirse a los cuatro vientos para impulsar a la mujer a descubrir su propia luz, su propia fuerza y su propio destino.

Comienza de forma simbólica con la luna llena, que representa el poder femenino, la diosa madre, la fecundidad, el sentimiento, la iluminación, la culminación, la transformación y la plenitud. Quiere alcanzar esa luna y repartirla a otras mujeres para darles su poder mítico y espiritual, que las erija en "mujeres guerreras", que luchen por sus sueños, por su hogar y sus hijos. Y con el coraje primitivo del lobo "aullar", lanzar su poder y sud eseo de alcanzar sus metas.

Rompe esquemas y cuentos caducos y limitados, gritando con aplomo: "No me llames princesa", mientras desenmascara a príncipes y dragones que llenaron los sueños de adolescencia. Abres sus brazos entrañables y celosos de "madre loba" y desde sus afanes cotidianos, metafóricamente cosa y plancha la vida, allana guerras y dolores de madres que sufren la pérdida de sus hijos. Estira las arrugas del hambre, la soledad y el olvido de los ancianos.

Consciente de su responsabilidad, mira sus manos, su entrega y su fortaleza. Se sabe dueña de su dignidad y recuerda a todas las mujeres libres que corrieron por la vida con alma de pantera. Ellas le entregan el testigo y corre hoy junto a otras mujeres para construir nuevas murallas divisar a hombres libres y crear una nueva y comprometida sociedad.

Asunción mira la vida de frente, descubre el golpe y la lección y se multiplica, se extiende ene l horizonte para ser "loba solitaria" con la madre siria, ucraniana, venezolana, saharaui. Madres sufridas frente a la barbarie de la guerra. Ahí surge su aullido entrañable en la distancia como mujer guerrera, cruzando infiernos, pantanos y laberintos para defender a los suyos.

Se siente mujer de Gaza y Palestina, que pare y cocina amor entre metralla y bomba. Niña que araña los escombros buscando su colegio destruido y levanta de nuevo la escuela de sus sueños. Pondera la valentía, el sacrificio y la constancia de estas mujeres que siguen alumbrando la vida ante la ceniza y la destrucción.

En el poema "Mujeres sobre el barro", la autora resume esta primera parte. Su ayer y su hoy, su innata rebeldía, su consciencia femenina, su solidaridad generosa con las valientes y con las más cobardes. Su apoyo a lesbianas, a trabajadores, a madres que esperan, a desilusionadas, a prostitutas... Deja constancia de su grito y su cercanía.

En la segunda parte, su grito se convierte en la reflexión y profundiza aún más, ofreciendo el hombre, la salida, la luz y la mano amiga que ayuda a levantarse.

Asunción es consciente de sus límites, de su afán de superación, de su palabra directa y desnuda y en un arranque de humildad declara: "No escribo versos, sólo palabras que vuelen libres dibujando firmamentos". Se reconoce mujer trabajadora y madre, consciente de su destino. Sabe enfrentarse a la desilusión y al desamor, aullando de nuevo y calzando sus tacones. Se desdoble en una lucha esperanzada, donde se crece planeando entre sus viejos e inolvidables sueños, fiel al abrazo y cariño de sus familiares y amigos.

Se proclama "mujer imperfecta" rebelándose contra las normas que la limitaron y callaron sus labios. Y desde esa imperfecta y comprometida rebeldía, levanta la bandera recordando a mujeres milenarias que aprendieron conjuros de viejas guerras. Eleva el grito por todas las mujeres que estuvieron entre zorros y lobos.

Descubre su tormenta oculta y abismal cuando mira los fríos paisajes de su vida. A ellos se enfrenta con valentía, desnudando su dolor y abriendo de nuevo el corazón a quien la ama. Sabe reinventarse de nuevo, renovarse y sentir su propia alma, que la lleva hacia adelante.

En el poema final "Mujeres que sueñan correr con lobos", Asunción descubre la esencia de lo que es y lo que quiere ser para cumplir su destino y su meta: "No quiero ser mujer silvestre, mujer florero..." Desde su experiencia, su sensibilidad e intuición, se sabe mujer donde habitan las mujeres que complementa, la niña soñadora, la joven rebelde, la madre entregada y luchadora, la mujer solidaria y trabajadora y todas las mujeres del mundo que sufren y esperan.

En su cara redonda resplandece la luna llena y en su alma estalla un big bang  de universos infinitos que escapan por sus ojos y por su voz directa y clara.  Es la "mujer loba" que convoca  a todas las mujeres a "desaprender", a ser ellas mismas sin miedo al macho dominante, creyendo en su propia fuerza, ens u propia intuición y sensibilidad plena de frutos y sentires.

En "La mujeres que habito" la palabra se convierte en poética ancestral, grito de rebeldía, aullido de raza y coraje y canto de libertad y amor que asciende al universo, acunando el sueño de todas las mujeres del mundo.

Mi enhorabuena por este libro y mi gratitud y mi abrazo inmenso por acordarte de mí.||

M. Jesús Muñoz




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