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COMENTARIOS SOBRE "LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE"
Los zapatos del indigente (Lastura 2018) son la respuesta lúcida y visceralmente inteligente de Asunción Caballero, una persona que sabe batallar desde la palabra y desde la acción, que promueve el diálogo y el respeto por los derechos humanos desde el arte y la poesía.
(...) Los versos de Asunción Caballero se transfiguran en una ética de vida, donde la misma poesía tiene poder salvífico. Por ello, el lector sentirá que cada verbo o sustantivo de Los zapatos del indigente están plenos de sinceridad y empatía, pues para la poeta no hay otra opción si de amar la poesía se trata.
Extracto de la crítica literaria publicada
Luis Solís Mendoza.
Doctor en Filología hispánica, crítico literario
y corrector de textos.
1/Jun/2019
En la obra poética de Asunción Caballero se reconocen dos vertientes muy marcadas: Por un lado una poesía intimista, inquisidora y sincera.
(…)Y al mismo tiempo muestra su obra un gran compromiso social con los pobres, los necesitados, todos los heridos de nuestra época.
Dra. Pilar Baumeister
Escritora y poeta
28/Feb/2019
La poesía como azada con la que labrar una tierra que alimente a todos, como horquilla con la que repartir el trigo, como aperos con los que denunciar las injusticias y dar voz a los que tienen la garganta atravesada por el dolor. Así la entiende Asunción Caballero, Mascab.
Esther Peñas Domingo
Escritora y poeta
21/Feb/2019
Este libro que clasifican como poesía social, guarda en sus páginas profundos versos intimistas. Todo es notable en su poesía. Todo es sentimiento. Todo es fuerza. Todo es pasión y es corazón y es rebeldía y ensoñación. Me he identificado en su poesía "Tengo prisa".
Pilar Guijarro Aurrecoechea
Poeta
7/Feb/2019
Entrañable presentación de su poemario: "Los zapatos del inmigrante", Ed. Lastura.
Leí sus versos, mas antes dije:
... Y calzará mi pie derecho, la suela desgastada que llora a su Patria en su errancia:
testigo de nuestra apatía y codicia prueba de nuestra indolencia de crasas mentiras.
En mi pie izquierdo, el zapato de alto tacón de Asun, en su compromiso con las más nobles causas y lejos de toda postura ególatra.
Sembremos de Piedad el sendero que nuestro efímero paso surca. Justicia y Caridad para el calor del fuego. Hacer de la Bondad, la médula de nuestro credo.
Dra. Leonor Merino García
Escritora, Poeta e investigadora
de la literatura hispanoárabe
20/Nov/2018
Un libro entrañable. Que vuele lo más lejos posible.
Margarita Mayordomo
Poeta
19/Nov/2018
Así las vueltas de su particular caleidoscopio nos siguen deslumbrando con las originales imágenes que crea, con el brillo de sus metáforas, bien ajustadas a unas expresiones de gran nitidez sintáctica, de belleza tan exquisita como cotidiana, y de construcción accesible para todo aquel que se detenga a leer estos poemas, de excepcional hondura bajo su aparente sencillez , con versos de ritmo ascendente, fieles a esa idea de alzar una catedral con los materiales que la vida le proporciona.
María Sangüesa
Escritora y poeta
18/Nov/2018
Un libro que sorprende (...) por la fuerza de sus versos(...) Grande tu corazón como intensa y grande tu poesía.
Lucrecia López Guirao
Poeta
17/Nov/2018
Mascab Asunción Caballero, ha pulido los versos de este poemario, comprometido, profundo y vivencial, con lenguaje muy cuidado, de la sombra a la luz. Destaco: Mis manos, Geometría, Tengo prisa, y la tercera parte: El indigente.
Enhorabuena Asun!! Me ha encantado
Jesús Fernández Horcajuelo
Relatista y poeta
16/Nov/2018
Gracias a los bellos poemas de este libro. Me conmueven mucho...
Ha sido un placer leer y traducir este libro.
La belleza trasciende los límites de los idiomas cuando añade otra belleza a lo que ya es hermoso.La poesía es el lenguaje de la belleza.
Rachida Mohammedi
Escritora y poeta
10/Nov/2018
La II Feria del Libro Hispanoárabe de Madrid, ha tenido la oportunidad de disfrutar de "Los zapatos del indigente" de la poeta Asunción Caballero.
CIHAR
30/Sept/2018
Los Zapatos del indigente, un libro que llega con fuerza y con el que la autora nos demuestra que ha llegado al mundo de la poesía para quedarse.
Chelo de la Torre
Poeta
RESEÑAS
EL LARGO VIAJE POR LA NOCHE MÁS OSCURA.
Reflexiones en torno a Los zapatos del indigente de Asunción Caballero
He de confesar que la poesía me causa más temor y más quebraderos de cabeza que cualquier otro género dentro del arte literario. A diferencia de la novela, por ejemplo, donde el autor se toma su tiempo para enhebrar una historia memorable, la poesía carece de esta ventaja. El ritmo interno del poema se comprime hasta el límite, de tal manera que cualquier temporalidad o linealidad externa es y debe ser anulada. Entonces, ¿qué es lo que queda? La emoción pura, la reflexión liberadora, la inteligencia transgresora… A causa de ello, sílabas, palabras, comas, puntos o espacios en blanco valen su peso en oro. Están ahí para dar todo de sí, ya no como meros signos (lingüísticos o no), sino como entes desbordantes de vida. De su existencia depende –en gran parte– el éxito del verso, del poema y del poemario o, en el sentido contrario, el truncamiento, el intento fallido. Cuánta razón llevaba el poeta del creacionismo en sus contundentes versos: «(…)cuida tu palabra; / el adjetivo, cuando no da vida, mata».
La plena conciencia de esta labor exige del poeta un máximo cuidado frente al diseño del poema, como estructura verbal que dialoga consigo misma y con otros textos poemáticos, y un máximo de responsabilidad frente al contenido que en él deposita, contenido que se fermenta gracias a las experiencias vitales o, en términos existencialistas, a su «estar aquí». Así, pues, todo poeta es –por lo menos en la praxis– un puente entre el mundo observable y ese otro mundo que él percibe o, inevitablemente, crea. En este punto las interrogantes están servidas: ¿En qué medida el poeta debe liberarse del influjo del entorno social? ¿El universo inventado en el arte poético puede –y debe– influir en la esfera de lo real? Como sucede con las obras del espíritu humano, los límites y las segmentaciones tienden a difuminarse; querer encerrar la palabra se convierte en un sinsentido y la labor del artista verbal alcanza nuevas cotas de libertad, más allá de todo pragmatismo.
Los zapatos del indigente (Lastura 2018) son la respuesta lúcida y visceralmente inteligente de Asunción Caballero, una persona que sabe batallar desde la palabra y desde la acción, que promueve el diálogo y el respeto por los derechos humanos desde el arte y la poesía. No es casual que, en Los zapatos del indigente, la voz poética se esfuerce por comprender este mundo quebrado, hiriente, salvaje; un mundo que le pulveriza los huesos y que la hacen sentir como «un trapo sucio de cocina»
(«La planta de mis pies», v. 2). Los versos desgarradores y desafiantes inundan el poemario, mas yo me quedo con «Desamparo», un poema que considero gravitante para los hallazgos íntimos de la poeta, un texto donde el paroxismo del horror y del miedo va abriendo camino al conocimiento del yo, de los propios límites, de la lucha por la sobrevivencia a través de la donación personal: «El miedo se instala en mi vientre / donde escucho llorar a mi hijo» (vv. 5-6). Aquí se empieza a vislumbrar un porqué a la experiencia de tanto dolor. La voz poética asume ese estado como necesario y preparatorio para intentar hallarle sentido a todo y, principalmente, al sufrimiento de la mujer, del niño, del animal, en fin, de cada ser vivo: «Lucho para que nazca libre de tu pecado / y pueda sobrevivir a este frío» (vv. 7-8). Ergo, para pasar de la oscuridad a la luz, del yo al nosotros, es necesario «calzarse los zapatos del indigente» («I», v. 8), o sea, vaciarse de toda soberbia, de toda máscara y de toda in-humanidad. Caminar descalzos por la noche más oscura (el lenguaje místico se hace inevitable) es condición sine qua non para sobrevivir un día más, un «regalo» que promueve la fraternidad y que favorece la visión de la claridad: «Dejadme descansar un instante / que ya veo luz reflejada en una nube…» («VI», vv. 45-46).
Y es aquí donde la esperanza se abre paso, siempre vibrante, siempre fuerte: «A pesar de los pesares, no todo es fúnebre / ni siquiera por las lágrimas que te tragas» («Fúnebre», vv. 1-2); una esperanza que no descansa en la fe sobrenatural, aunque se necesite creer: «Me gustaría creer en ese Dios que todo lo puede, / y que, como padre, solo desea el bien de sus hijos» («Esto no es una oración», vv. 4-5), sino que se alimenta de las fuerzas individuales, de la capacidad de cada uno por salir de cualquier hoyo, de la fe en el propio ser humano para ser un poco más humano (las voces de Miguel Hernández y César Vallejo se escuchan muy cercanas): «Tendré que empezar por hacer limpieza / y echar al cubo de la basura la pelusa / que –sin permiso– / se instaló en mi piel y bebió de mi saliva.» («Tengo prisa», vv. 11-14).
En consecuencia, los versos de Asunción Caballero se transfiguran en una ética de vida, donde la misma poesía tiene poder salvífico. Por ello, el lector sentirá que cada verbo o sustantivo de Los zapatos del indigente están plenos de sinceridad y empatía, pues para la poeta no hay otra opción si de amar la poesía se trata. De ahí que declare abiertamente su rechazo contra esos «poetas / que escriben y escriben / y llenan de tinta / la virginidad de mil folios / para no decir nada». Justamente, me parece un gran acierto que el poemario inicie con «Poesía», toda una declaración de intenciones y pensamientos: «Así llegaste a mí, como ese rayo / para iluminar con tus versos / las palabras que llenan de su luz / todo el aire de los huecos» (vv. 1-4). Y con ello, no me cabe duda de que Los zapatos del indigente también es un sincero compromiso poético-personal para que, algún día no tan lejano, todos descansemos:
«y sin abrir los ojos / dejemos que pase el día» («X», vv. 39-40). Enhorabuena a la poeta por tan humanos versos.
Luis Solís Mendoza.
Doctor en Filología hispánica,
crítico literario y corrector de textos.
LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE
De Asunción Caballero
Quiero empezar mi reseña con el título de este poemario que ya de por sí da prueba de una gran originalidad y efectividad, al producir en el lector como una especie de golpe, de sorpresa. Ello es debido a que las palabras “indigente” y “zapatos” no suelen ser material de poesía como lo son por ejemplo las flores, el amor o la muerte. Pero precisamente los “zapatos”, a pesar de estar dentro de un marco tan cotidiano, adquieren aquí un muy claro valor poético y la palabra se repite varias veces como la metáfora esencial de este libro.
“La suela de los zapatos”es además importante estructuralmente, pues forma la segunda parte del poemario, al igual que “El indigente” constituye la tercera parte, con fragmentos numerados y sin títulos.
La primera mención de los zapatos se halla ya mucho antes en “Poesía” en que la autora parte de la “línea quebradiza” descrita por Kafka como “el camino” a seguir y dice: “Construyes -para mis zapatos - un camino de cristales labrados con reflejos. Habla del gran esfuerzo de andar, pero de que le han dado un puente y que sus “pulmones llevan su voz sobre sus pies”. Los pies al igual que los zapatos aparecen también aquí como los portadores de su cuerpo y de su espíritu.
En otro poema Asunción toma el doble significado de la palabra “planta”, para describir el andar, el movimiento humano en su totalidad: “Suelo sembrar cada mañana - la planta de mis pies - al levantarme - para que me reflorezcan poemas - bajo los tacones.
Otros poemas subrayan igualmente esta visión del que camina y camina errante: . siempre viajera en tus” zapatos - El mejor momento para “comenzar a desgastar sin miedo - la suela de los zapatos.
“Y el alma perdida - entre zapatos de gamuza. - Todo ello le devuelven - los cristales de la habitación. El campo semántico de los poemas culmina, como ya hemos visto, en el “caminar...” con las frecuentes repeticiones de: “tacones, pies y zapatos”.”
En la obra poética de Asunción Caballero se reconocen dos vertientes muy marcadas: Por un lado una poesía intimista, inquisidora y sincera, en que describe su vida y sus preocupaciones muy actuales del siglo XXI: tareas que hay que realizar y de las que uno quisiera desconectarse, sus dificultades con la técnica de ambivalentes consecuencias, su desconfianza hacia un Dios salvador, la pregunta que la atenaza de por qué no llora nunca su hermana, etc. Y al mismo tiempo muestra su obra un gran compromiso social con los pobres, los necesitados, todos los heridos de nuestra época. Su empatía llega hasta el punto de que se reconoce a sí misma como a uno de los indigentes, así en los versos siguientes:
“Para ser persona, - hay que llorar con el afligido,- reír con el ilusionado, - calzarse los zapatos del indigente - y desterrar la soberbia del poderoso.””
Y lo mismo se constata también en otro poema:
“Dime vida, - si alguna vez - sentiste dolor al descubrir, - mis zapatos - de indigente”.
En muchos casos va más allá de lo personal, apoyándose en citas de seres que la inspiraron como por ejemplo Federico García Lorca, Fernando Pessoa, Ana Rossetti y Rosa Luxemburg: Ésta escribió: “Lo más revolucionario que una persona puede hacer es decir siempre en voz alta lo que está ocurriendo.””Esto mismo es lo que hace Nuestra poeta también, denunciando el destino de los niños hambrientos, drogados, las mujeres maltratadas, los suicidios de jóvenes, los drones y otros horrores como las mutilaciones genitales de niñas en algunos países. La inquietan muy especialmente las injusticias contra la mujer y es uno de los portavoces más activos en el movimiento de “Mujeres poetas internacional.
La autora expresa toda la carga, pero también el orgullo de una emancipación femenina total, aunque ésta a veces pueda implicar la soledad,”como lo dice Monique Wittig en la cita que precede a la segunda parte del libro: “Hubo un tiempo en que caminaste sola, - escribiste sola, estudiaste sola – te vestiste sola.- Recuerda ese momento.”
Otra gran preocupación de nuestra poeta es el deterioro asfixiante del medio ambiente, que sintetiza en los dos versos siguientes en mi opinión magistrales:
“He visto envejecer al aire – he visto las arrugas en la piel del aire".
Dra. Pilar Baumeister Andreo
21 de febrero de 2019
LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE
ASUNCIÓN CABALLERO
Asunción Caballero, nos entrega este libro de poemas, LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE, y lo primero que nos intriga, al contemplar su cubierta, es su título. Un título que nos resulta sorprendente y hace que deseemos adentrarnos en el interior de su cuidada edición, así como quien traspasa un mágico umbral que nos introduce en el inmenso mundo poético de la autora, en busca de esos zapatos, mientras nos preguntamos quién camina sobre ellos y de qué manera lo consigue.
Profundizar en sus páginas es como abrir un amplio caleidoscopio que va mostrando luminosas facetas. Nos lo adelanta el primer poema de la primera parte, que ha titulado: Asomada a la barandilla de los días, en el que sus versos nos conducen a esa íntima confesión sobre qué es, para ella, la poesía. Nos lo explica mediante exquisitas imágenes:
Construyes para mis zapatos
un camino de cristales labrados con reflejos.
Su mirada nos hace caminar sobre el tiempo, por los destellos de su infancia, entre los brillos que se encienden y apagan sobre sus vivencias pasadas, sobre los instantes que dejaron su huella indeleble en esa senda de vidrios que es la vida, mostrando toda su belleza de aristas multicolores que expanden sus reflejos─ inasibles reflejos─ de filos cortantes y centelleos de arco iris, como promesas de esperanza, pese a la cruda realidad que se anuda y se vislumbra en cada una de sus palabras.
Nos va llevando, con maestría, por la senda del amor, de la amistad, y de su genealogía, hija y madre, raíz, fruto, y semilla. Amante y amada, contra el discurrir de los días, rodeada por un mundo que se estremece ante tanta injusticia y en el que los más inocentes son las víctimas.
Un mundo/camino en el que ella, mujer comprometida, alza su voz contra el dolor ajeno y no se detiene demasiado en el suyo. Es consciente del implacable tiempo que fluye y se escapa, mientras ella permanece en esa barandilla/atalaya, desde la que contempla como la fuga de los días deja su rastro en la piel y en las manos, en el espíritu y en la psiquis, de la mujer que ama y vive. Y que decide continuar en el amor, aún con todo el peso de saberse tan vulnerable como humana.
nos herimos con el vértice
pero mis manos siguen anhelando tu abrazo de cada tarde
aprenden a reconstruir las orillas de mi piel.
Nuestra poeta avanza desde la vivencia personal hacia la visión sobre todo lo que acontece tras la realidad que asalta nuestro despertar de cada mañana, con las noticias de esos horizontes lacerados por la guerra y por el éxodo sangrante de quienes huyen en busca de un improbable futuro.
Lo expresa magistralmente en el último poema de La barandilla de los días que cierra con tres demoledores versos:
Así, casi sin aliento, llegamos a LA SUELA DE LOS ZAPATOS.
En esta segunda parte de su poemario nos transmite que hemos alcanzado ese punto tan difícil que es el de pisar el camino, el de sentir la realidad de cada paso, el de avanzar sobre las heridas que producen los filos de sus cristales. Mascab interioriza cada pulsación de vida, abarcando sentimientos universales que a todos nos atañen y nos conmueven.
Nos habla de la amistad, de la muerte que se lleva a quienes son nuestro patrimonio afectivo, de la decepción que produce esa amistad que se rompe y llega a doler tanto como esa misma muerte, pues de sentir como agoniza un afecto se trata, y hay que enterrarlo y hay que seguir caminando, disimulando las heridas, como si no pasara nada.
Y hay que seguir creando, con esos versos mitad denuncia, mitad llanto, sintiendo deslizarse esas lágrimas que no caen de los ojos de la hermana en cuya mirada de detuvo la tristeza, escondida tras el humo de los innumerables cigarrillos. Y aquellas otras lágrimas de sangre, las que calaron la tierra que se extendía bajo la niña indefensa que sufrió una ablación, abrazada a quienes debían de haberla protegido.
Nada pasa desapercibido para nuestra poeta. Ella sabe que hay que escribir, porque no hay dioses que escuchen nuestras súplicas. Sólo el papel recibe sus palabras, como si de oraciones o de súplicas se tratara, para construir con ellas los versos que alientan el alma de sus poemas:
Tengo un montón de escombros
con ellos debo hacer una catedral.
Así las vueltas de su particular caleidoscopio nos siguen deslumbrando con las originales imágenes que crea, con el brillo de sus metáforas, bien ajustadas a unas expresiones de gran nitidez sintáctica, de belleza tan exquisita como cotidiana, y de construcción accesible para todo aquel que se detenga a leer estos poemas, de excepcional hondura bajo su aparente sencillez , con versos de ritmo ascendente, fieles a esa idea de alzar una catedral con los materiales que la vida le proporciona.
Y es que Asunción recoge las duras sombras de todo aquello que es denunciable, a lo largo del camino vital, para traspasarlas con su luz y transmutar el dolor en poesía y, por supuesto, en Belleza.
De esta manera llegamos a la tercera y última parte de este intenso y hermoso libro, que cierra con diez poemas numerados, bajo el título de EL INDIGENTE.
hay que llorar con el afligido,
reír con el ilusionado,
calzarse los zapatos del indigente
y desterrar la soberbia del poderoso.
Magistral cierre de su obra, pues también aquí su caleidoscopio literario resulta resplandeciente, aunque sus aguzados filos nos sajen el alma desde las reflexiones del indigente, mediante un acertado soliloquio en el que sus sentimientos se prolongan a los zapatos, haciendo hincapié en todo el trayecto que han realizado juntos, descansando en la noche, bajo el refugio de un puente, en el parque de una macro ciudad sin nombre. Larga noche a la intemperie de la vida y su letal crudeza. Interminable noche de soledad, sin amparo ni esperanza, que puede llegar a alcanzar a cualquiera.
La ciudad es una gran cloaca que engulle vidas
aspira las ideas de sus ciudadanos
y se nutre de las almas que llegan a ella
Más adelante nos corta la respiración cuando, con su peculiar destreza, nos lanza unas metáforas, plenas de color y sentido.
tan sola entre tantos pájaros diferentes
los periquitos extranjeros con sus papeles
y los gorriones indígenas
que ven como otras especies
Cerramos esta magnífica obra mientras continúan los fulgores que su lectura nos ha dejado prendidos sobre las honduras de nuestro interior, allá donde se aúnan sensibilidad y conciencia.
Gracias, Mascab, Asunción Caballero, por este hermoso libro pleno de luces y de sombras, con centelleos de arco iris, de vida, y de inspiración.
Has conseguido elevar una catedral de versos, con la magia de esas aguzadas aristas del cristal que la poesía te ha ido ofreciendo, sobre algunos tramos del camino de la vida, y que tú has sabido engarzar, con destreza de orfebre, en cada una de las palabras de este libro que nos entregas:
LOS ZAPATOS DEL INDIGENTE.
Escritora y Poeta / Noviembre-2018
Al acto en el Salón auditorio de la Biblioteca Pública Elena Fortún de Madrid, acudieron una treintena de personas entre quienes se encontraban poetas y editores amigos.
Al final del acto, hubo firma de libros e intercambio de pareceres entre los presentes.
Para quienes deseen acudir a la primera presentación del libro, será el próximo día 29 de septiembre de 2018, a las 13 h. dentro de las actividades de la II FLHA-Madrid de CIHAR, que se celebrará entre los días 28 y 30 de septiembre en el Centro Cultural Daoíz y Velarde (Plaza Daoíz y Velarde, 28007-Madrid.
Presentación de fecha 29 de septiembre de 2018 en el CC Daoíz y Velarde de Madrid.
Nos acompañó la poeta Pilar García Orgaz, quien nos ofreció unas palabras sobre el libro y la autora
Estuvieron apoyando el acto y acompañando a la autora, las poetas y amigas: Chelo de la Torre; Isabel Miguel; Ana Benegas Haddad; Leonor Merino; Rachida Mohameddi; Margarita Mayordomo; Sol Nieto; Bogumila Olaniecka; Antonio Capilla; y las escritoras Carmen Ruiz Bravo-Villasante; Julia Villalba; Conchita García de los Arcos y la editora Charo Fierro, entre demás público y amigos asistentes.
Desde China, me llegan algunos de mis poemas traducidos por la poeta Yin Xiayouán, a quien agradezco enormemente el que los haya elegido para formar parte de sus interesantes proyectos culturales en su país y formar para de su proyecto de los Yearbooks, que cada año edita reuniendo a todos los poetas del mundo que ha traducido durante el último año.
Es una alegría y un honor, saber que serán publicados en el libro anual que para el 2021, Yian Xiaoyuán está preparando. Así como en la prestigiosa
“Escuela de Poesía Enciclopédica I.A. Papercube” , donde se van publicando
flayers con algunos versos de los poetas elegidos para formar parte del
yearbook de cada año.
Estas tarjetas se distribuyen por todas las Bibliotecas y Universidades chinas y, se hacen llegar a autores chinos de gran reputación.
En estos días, me ha llegado la tarjeta que próximamente será enviada a estos organismos con la primera estrofa de mi poema "Arena y Piedra", que está integrado en el poemario
Los zapatos del indigente (Editorial Lastura 2018), y que con alegría muestro:
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YIN XIAOYUÁN
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Yin Xiaoyuán, escritora y poeta china, multilingüe, vanguardista y multifacética. Fundadora de la Escuela de Poesía Enciclopédica (2007), iniciadora del “Movimiento de Escritura Hermafrodita” y redactora jefa de la “Declaración de la Escritura Hermafrodita”. También es directora y diseñadora visual del proyecto de
“Escuela de Poesía Enciclopédica I.A. Papercube” (Edición Especial 12º Aniversario) y directora del “Taller de Escritura creativa y Arte Integrado” que incluye entre sus miembros a poetas, escritores, dramaturgos, músicos, artistas visuales y del campo de la fotografía y la caligrafía.
De la Escuela de Poesía Enciclopédica se ha dicho: “una nueva tendencia en la poesía china contemporánea”. T.V. Petrusenko (jefe del Dpto. de Compras de la Biblioteca Nacional de Rusia). “Se trata de un tesoro bibliográfico de la cultura china.” Glennys Reyes Tapia (Jefe del Dpto. de Recopilación de la Biblioteca Nacional Pablo Henriquez Ureña (Rep. Dominicana)
Xiaoyuan es miembro de la Asociación de Escritores de China , de la Asociación de Traductores de China y del Instituto de Poesía de China.
Ha publicado 9 libros que incluyen 4 antologías: “Recuerdos efímeros”, “Más allá de Tzolk’in”, “Trilogía Vanguardista”, “Agente sembrador de nubes” (De la serie 10mo Aniversario de la Escuela de Poesía Enciclopédica), y una traducción de la antología del poeta/artista neoyorkino Bill Wolak “Become a River” (New Feral, 2018).
Tiene escritas 18 épicas (que suman 70.000 versos) y 24 volúmenes de poemas enciclopédicos. Escribe en chino, inglés, japonés, alemán y francés y ha sido traducida al italiano y al español. Su obra se ha publicado en su país y en el exterior.
Xiaoyuan ha traducido a más de 100 poetas contemporáneos de los EE.,UU., Reino Unido, Suecia, Irlanda, Australia, España, Argentina, Japón, India, Cuba, Honduras, Colombia, Bolivia y Ecuador, entre otros muchos más.
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